Preguntarnos qué es cloud computing o la computación en la nube desde el conocimiento de quienes han estado en ella durante los últimos 20 años, podría sonar a un cliché. No obstante, debemos entender que el concepto es tan amplio, que podríamos decir que hay una nube con servicios para un mercado masivo (personas) y una nube para un mercado corporativo (empresas) que pueden ser o no reconocidos como tal, ya que quien usa una aplicación, usa un smartphone o un computador, se conecta a través de internet y ejecuta el servicio que requiera, sin darse por enterado de donde proviene el mismo.
Los servicios de nube son uno solo, concebidos como los componentes tecnológicos de software y hardware que hacen la magia de entregar al masivo o al corporativo diversos servicios de tecnologías, provistos desde los operadores tan reconocidos en el mercado como AWS (Amazon), Azure (Microsoft), Google y muchos más en la lista o de aquellos operadores que ofertan sus servicios de modo local (servicios prestados en su propio país de origen) como InterNexa.
Cualquier aplicación por simple que sea, requiere de una infraestructura tecnológica para procesar y almacenar la base de datos en la nube con información necesaria que será intercambiada en forma de mensajes por emisores y receptores para la toma de decisiones o para el cambio de un conocimiento.La infraestructura de cómputo que se dispone para la prestación de servicios esta centralizada y operada por el proveedor de servicios (local o un OTT) o incluso por una empresa en sus centros de datos, y quienes hacemos uso de ella simplemente requerimos de un dispositivo y un medio de conectividad tan cotidiano como es el internet.
La forma como estas capacidades de cómputo son dispuestas, permite que todas las aplicaciones usen una misma infraestructura de cómputo en un modelo que llamaremos virtualización, el cual permite compartir los recursos físicos de forma eficiente, pero, eso sí, con las capacidades de seguridad que garantizan la privacidad de los datos entre las diferentes aplicaciones y usuarios.
Es la virtualización, entonces, el vehículo conductor que nos lleva al siguiente nivel: la capacidad de presentar esos recursos de forma independiente a múltiples usuarios. La forma desde dónde y cómo se presenta este servicio es lo que configurará los tipos de nube que se conocen.
Partamos de lo simple: si en la empresa en la que estas tienen su propio centro de datos y los recursos de cómputo son presentados en forma virtual para ser consumidos a través de las aplicaciones corporativas en forma privada, este tipo de nube le llamaremos Nube Privada.
Y entonces viene la pregunta: ¿Qué es la nube pública? A esta la definiremos como esas capacidades de cómputo virtualizadas que se encuentran en los centros de datos de un operador, el cual las entrega en modalidad de servicio a través de portales en su sitio web, que nos permiten seleccionar rápidamente desde un marketplace los servicios (autoservicio), aumentar o disminuir las capacidades (elasticidad), que el operador mide y factura en línea, y que pueden ser accedidos desde cualquier parte a través de internet.
Se trata de nubes que son compartidas en conjunto por organizaciones con un interés común, como son las universidades.
Entonces, los operadores locales como InterNexa que tienen sus centros de datos, que implementan su infraestructura, la virtualizan y la prestan como servicio, ¿Qué tipo de nube se define para ellos? Estas nubes las defino como Nube Local, y si bien técnicamente contienen las mismas configuraciones para garantizar las condiciones de acceso, modalidad de servicios y seguridad que prestan las nubes públicas, se diferencian en que éstas se prestan directamente en los países de origen, con las políticas de seguridad locales, menor latencia en la conectividad y no menos importante, muy cercanas a los requerimientos particulares del usuario final.
Pero entonces, ¿Cuál de las nubes debería seleccionar? Todas las modalidades de nube han sido creadas para satisfacer los diversos requerimientos del mercado. Una compañía podría pensar en mantener y operar sus inversiones tecnológicas por otro periodo de tiempo en una modalidad de nube privada, pero también planear su crecimiento y expansión sobre nubes públicas y locales.
A esta mezcla de servicios de nube le denominamos Nube Híbrida. Cada nube contiene sus diferenciadores, no solo en la tecnología en sí, si no también en la forma como se relacionan proveedor y usuario, la cultura de uso y muy importante en la apropiación tecnológica y la forma como se usa de forma costo eficiente estos servicios.