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ISP: cómo reducir la latencia y aumentar la velocidad de internet

Escrito por Andres Felipe Medina Ruiz | febrero 2024

La velocidad de internet es un aspecto fundamental en la vida moderna, dado que influye en nuestra capacidad para trabajar, estudiar, entretenernos y mantenernos conectados con el mundo digital. Sin embargo, en múltiples ocasiones nos enfrentamos al problema de la latencia, que puede impactar negativamente nuestra experiencia en línea. 

Pocas cosas identifica tan claramente un usuario como una conexión ineficiente e insatisfactoria. Dado esto, una conexión a internet rápida es esencial para la productividad y el bienestar. Sin embargo, la latencia, que se refiere al retraso en la transmisión de datos a través de una red, puede convertirse en un obstáculo significativo para lograr una experiencia en línea óptima, por lo cual su importancia no puede desestimarse.

Está claro que, como ISP, desempeñas un papel crucial en la infraestructura de internet dado que eres un responsable directo, en conjunto con otros ISP, de proporcionar la conectividad necesaria para que los usuarios accedan a la red global. Por esta razón, descuidar la calidad de tu conexión y su baja latencia podría tener efectos negativos en la satisfacción de tus clientes. 

 

¿Qué afecta la latencia en las ISP?

La latencia en una conexión a internet puede verse afectada por varios factores, entre ellos el ancho de banda disponible, el enrutamiento y la congestión de la red, además de la calidad de la conexión. Comprender estos factores es de suma importancia para abordar eficazmente el problema de la latencia y mejorar la experiencia de internet.

La complejidad de la latencia radica en su naturaleza multifacética, la cual es influenciada por una gran variedad de factores técnicos y de infraestructura. Es importante resaltar, que si bien el ancho de banda disponible es un elemento fundamental, es indispensable comprender que una mayor capacidad para enviar información no necesariamente se traduce en una reducción de la latencia. Aunque sin duda alguna es un factor que permite un manejo más eficiente del tráfico de datos, especialmente en aquellos escenarios de alta demanda. 

El enrutamiento de la red es el mecanismo que determina la ruta que los datos deben seguir desde su origen hasta su destino; este elemento toma una importancia vital en el análisis de la latencia, ya que constituye un pilar fundamental para comprender su comportamiento en múltiples escenarios. Por ejemplo: en situaciones donde se emplean rutas directas y poco congestionadas, la latencia tiende a reducirse considerablemente. En contraste, utilizar trayectos más largos, afectados por una saturación de tráfico o decisiones de enrutamiento que no son óptimas, puede incrementar significativamente la latencia, resultando en una experiencia deficiente para los usuarios finales. Es en este contexto donde tecnologías como el SD-WAN emergen como soluciones vanguardistas, al permitir una selección de ruta más inteligente y dinámica, que se basa en la calidad y el rendimiento de la conexión en tiempo real.

La congestión de la red es sin duda una de las variables fundamentales en el análisis de la latencia. Este fenómeno se define como el tráfico excesivo que supera la capacidad de ancho de banda disponible de la infraestructura de internet existente. Por lo tanto, representa un factor crítico que incide directamente en el comportamiento de la latencia y así mismo en el performance del tráfico. Un ejemplo práctico de esta situación es comparable a un atasco de tráfico en una autopista: a medida que aumenta el número de vehículos intentando transitar por la misma vía, también se incrementa el tiempo necesario para que lleguen a su destino. En el ámbito digital, esto se traduce en paquetes de datos que deben esperar, a veces de manera significativa, antes de ser transmitidos o recibidos, lo que deteriora la experiencia del usuario.

Finalmente, la calidad de la conexión representa la integridad y estabilidad de la señal de internet a lo largo de su trayecto. Factores como la calidad del hardware, la distancia física hasta el destino y el medio de conexión (por ejemplo, fibra óptica versus conexión por cable o DSL) desempeñan roles determinantes en este aspecto. La fibra óptica, por ejemplo, ofrece ventajas notables en términos de reducción de latencia, gracias a su potencial para transmitir datos a la velocidad de la luz a través de cables de vidrio o plástico, minimizando así el retardo en la transmisión de información.

La mejora de la experiencia de internet de los usuarios puede lograrse mediante la implementación de tecnologías avanzadas, la optimización del enrutamiento de la red, la gestión eficaz del tráfico y la inversión en infraestructura de calidad. Estas estrategias fundamentales pueden ser adoptadas por los ISP con el objetivo de mejorar significativamente la conectividad y el servicio ofrecido a los usuarios.

 

Medición de la latencia

Para evaluar la latencia de una conexión a internet existen diversas herramientas disponibles que permiten medir el tiempo que tarda un paquete de datos en viajar desde el dispositivo origen hasta un servidor, y viceversa. Es crucial interpretar los resultados de estas mediciones para identificar posibles cuellos de botella en la red y tomar medidas correctivas.  

 

Generalmente la latencia se mide en milisegundos (ms) y su evaluación precisa es de vital importancia para identificar posibles problemas en la infraestructura de red, los cuales pueden impactar directamente en su rendimiento. 

 

La medición de la latencia se realiza a través de diversas técnicas y herramientas, algunas de las formas más comunes incluyen el uso de pings y tracert. Un ping consiste en enviar paquetes de datos pequeños a un dispositivo destino específico para luego esperar y registrar el tiempo transcurrido entre el envío y la recepción de la respuesta, esto es lo que se conoce como latencia. Por otro lado, tracert (o traceroute en sistemas basados en Unix) es una herramienta que permite determinar la ruta exacta que siguen los datos a través de la red para alcanzar su destino, mostrando el tiempo que se tarda cada salto (o nodo intermedio) en la red, lo cual puede ayudar a identificar donde se está originando la latencia en un trayecto.

Para una gestión efectiva de la red, los ISP y administradores de sistemas se apoyan en una serie de indicadores de rendimiento clave (KPIs) relacionados con la latencia. Estos KPIs permiten evaluar el rendimiento de la red en diferentes escenarios y tomar decisiones informadas sobre mejoras en la infraestructura o ajustes en la configuración.

Estrategias para reducir la latencia

Los ISP pueden implementar varias estrategias para reducir la latencia, como el uso de servidores DNS rápidos, la optimización en el enrutamiento de la red y la implementación de QoS (Quality of Service) para priorizar el tráfico de datos que se considere crítico.

La latencia y la velocidad de internet están estrechamente relacionadas, y abordar la latencia puede tener un impacto positivo en la velocidad de la conexión y en la experiencia final de cliente. Además, la actualización del hardware de red y la adopción de tecnologías más avanzadas y agiles pueden contribuir a aumentar la velocidad de internet de manera significativa.

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